BENDITO DESTINO

Una mujer de pelo corto castaño claro, de muy baja estatura, sentada frente al escapador de Gucci, en la famosa calle de Mazaryk, observaba con gran lujuría unos zapatos de tacón de aguja, color azul cielo, combinables al vestido que se había comprado hace dos semanas. Sintió una suave brisa de viento que le pegó justo en la cara, volteó como por obra de algo sobrenatural, y estaba un hombre, viendo con cara prejuiciosa los zapatos que ella veía, levantó la cara con esos ojos verdes obscuros chiquitines que apenas y se notaban y la miró. María no soltó su mirada. Parecieron eternos esos dos minutos de contacto visual, ella no pudo decirle nada, y en cuanto despertó el caminaba del otro lado. Compró los zapatos.



Marco reía con el mal chiste que le contaba su preciosa novia, cuerpo atlético, media 1.90 y tenia el pelo largo y rubio lo quería mucho. Su relación se había desgastado de tanto tiempo de estar juntos, y la costumbre había creado un rechazo de los dos, cada beso era técnico y cada abrazo ya no era necesario. Marco anhelaba el momento o la pelea para dejarla, no tenía la dignidad para decirle que el amor se había esfumado, y que su mirada ya no la sentía. La comida se enfriaba mientras Marco oía palabrear a su novia, pensando en la mirada de aquella otra mujer que había encontrado en la calle.
Se paró al baño un poco harto de oír anécdotas que habían pasado juntos.




María salía del baño de arreglarse un poco el pelo, que cómo siempre lo traía muy desarreglado, distraída, pensaba porque su pareja la había dejado. Marco caminaba en dirección hacia ella sin darse cuenta que lo llevaba una fuerza especial, en un momento se vieron jutnos, por un segundo Marco quedó encima de María, y de nuevo con los ojos a 10 centímetros de los de ella. Lo que venga después el destino lo decidirá.

7 comentarios:

Ambrosio Cajinas dijo...

Eso de esperar la pelea para no cantar lo del amor acaba es todo un clásico.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Y tú eres muy cachonda.

Sebix5 dijo...

wOw! Si que es un bendito destino. Al acabar el cuento me dejaste en ascuas si van a seguir juntos o se despedirán. Pero es una realidad a la vez cruel y evolucionista. Como vimos en Génesis, luchamos contra el tiempo, todos empezamos viviendo en ciclos pero terminamos diferentes de acuerdo a nuestras acciones, evolucionar. Lo de dejar el final abierto es un acierto muy certero, pues cada quien tiene una historia parecida pero depende de el/ella como decide terminarla..

Juan Manuel Escamilla dijo...

Pues así... como dije, muy cachonda.
Oye, más fácil: déjame tu mail, o tu móvil, o ambos, y nos ponemos de acuerdo para ir a tomar un trago algún día, o comer o algo. Salú. juanmescamilla@gmail.com

Unknown dijo...

Podemos quedarnos prendados de los ojos de alguien.
También de sus escritos.
¿Qué historia queremos que continue?

Ambrosio Cajinas dijo...

jajaja. No se llama móvil, se llama celular. A esos españoletes como les gusta destrozar el idioma nuestro.

Anónimo dijo...

Esperar la pelea para cortar, el miedo de decir y afrontar los hechos y la cruda realidad de que algo termino. Probablemente sea más dificil que decir adios, sobre todo cuando te das cuenta que ese adios una parte de ti quiere que pase, que el despedirte es algo necesario que la costumbre ya vencio y que esos momentos que hacen grande la relación ya no podran pasar mas. que pasara, que no quieres despedirte, ¿qué el destino te enlazo con ese alguien?
Eso es si lo crees. Pero que pasa cuando no crees en el destino y ¿surge alguien más en tu camino? ¿Cuando te arriesgas y decides que el destino te cruzo con ese alguien más? Puedes seguir con la esperanza de que las cosas cambies, pero siempre al final del día te vas a preguntar ¿Y si me hubiera quedado? ¿si hubiera evolucionado? ¿si le hubiera dado la oportunidad a lo nuevo? Solo el
tiempo y espacio diran si ese encuentro fortuito y los segundos que pasaron son solo eso, o son el verdadero camino que debe tomarse en la vida. Cantinfleado o sin cantinflear, el punto final de todo esto es. Cuando te llega te llega, lo dificil es darte cuenta que te llego. O a lo mejor es el miedo lo que te da y te frena, miedo al fracaso, miedo al intento, miedo a dejarse llevar ante algo nuevo. Retomando lo puesto en un blog anterior, no se trata de unir al destino. ni se trata de un encuentro fortituo entre "el y ella", es de darse cuenta que la evolución y no el cambio se da cuando uno así lo decide. sin miedos sin perjuicios, ahí es cuando uno es libre y en verdad ahí es cuando el "bendito destino" te alcanzo. Cuando al final del día te diste cuenta que ese cruze de miradas, esos momentos eternos bajo una canción, en un cruze de la calle, en un cafe expresso y u capuchino frio mal hecho o en una sola platica, solo es ahí cuando tu "bendito destino" no es lo que creias, si no que esta ahí en esos "segundos eternos" con esa persona con la que te cruzaste y sin decir más se dice todo. Solo el destino dira como termina, ese encuentro de dos.....