-Flaquita ven a la cama que tengo ganas de hacerte el amor.
Acostado del lado de su cama y con su lámpara apagada, su voz sonaba débil, arrastrada y muy cansada.
Laura trabajaba. Sentada en el sofá, que tenían al lado de la ventana, consultaba tres libros sobre fotografía y trataba de decidirse a quién pondría en portada para el mes de julio.
No queria hacer el amor.
En el cuarto blanco, frío y mínimo, que habían escogido los dos, se veían poco. Ella pasaba horas en la oficina, tenía que redactar artículos, terminar una sesión de fotos o escoger los contenidos de la revista, en cambio él pasaba horas investigando y leyendo, terminando su libro y a veces se paseaba por su oficina.
Laura no quería quedar embarazada.
Pero los métodos anticonceptivos ya les quedaban cortos, y la diferencia de edad, aunque no muy notable, ya les pesaba. Apenas y se veían en algún café, o comían juntos, hablaban de lo habitual y de lo cotidiano. Habían dejado de lado, esas platicas interesantes y constructivas de cuando se habían conocido.
Inmersa en la tipografía que usaría para el test: ¿Sabes exitar a tu pareja?, cerró los libros y se dirigió a la cama. Los pantalones holgados, la camiseta de manga larga y los calcetines, no ayudarían en la monotonía del contexto.
Sucedió fugaz, técnico y textual. Al pie de la letra: Tú me quitas la camisa. Yo te ayudo a desabrocharte. Toca aqui. Muy bien. Toca de este lado. No, espera todavía no llego.
Definitivamente no le hizo el amor. Sexo puro. Acabaron.
Laura se vistió olvidando los pantalones holgados. Seguía siendo guapa sin maquillaje y con el pelo desaliñado. Volvió al sillón. Tenía la cabeza perfecta para el artículo central: "Las nuevas relaciones perfectas: Adiós a la monogamia."