TOUCH ME


Porqué las relaciones humanas han de llegar a ser tan difíciles.
No sería más fácil decir: me gustas, te gusto, dame un beso y tócame.
De hoy en adelante pienso ser así.
Cuidado no se me pongan enfrente.
El status quo ha terminado.
Esta semana voy con todo.


P.D Es posible que hoy venga el SEXTO ACTO

EL DAVID


PRIMER ACTO
Ella entra al restaurant japonés, Mujer no muy alta, con pelo corto recogido con un liga. Se sienta. Su amigo ya lo espera. El mesero se acerca, piden algo de tomar, ella sentada frente a él.
-¿Qué tanto ves?, dice el amigo.
-Estoy viendo el David en vivo, contesta ella con ilusión en los ojos.
-No seas ridícula, comenta el gran amigo.
-Voltea, es perfecto, ve los ojos, simétricamente perfectos, la nariz inclinada, la barba. Lleva los zapatos, a juego con el cinturón. Y ve que bien le va la corbata. Lo habrán esculpido, dice ella.
-No seas ridícula, no me dirás que será un Greek guy.

SEGUNDO ACTO
Llega el David en vivo. Un hombre alto, con ojos simétricamente perfectos. Nariz inclinada. Había sido esculpido. Se sentó con dos amigos. Greek guy. Pidió de tomar. Su conversación era simpática, era un hombre agradable. Él no podía mirarla. Trato de mirarla. Encontró sus ojos, su mirada, y la notó. Eye Contact. Él no espera más que eso.

TERCER ACTO
Ella y su amigo pagan la cuenta. Están listos para irse. Recogen sus cosas y salen del lugar. A mitad del camino:
-Mándale tu teléfono en un papel.
-No, estás loco, le contesta ella.
-Dame una pluma, dice él.
-Lo escribo yo, dice ella.
Cogé una pluma y apunta su número. El amigo regresa al restaurant, le da el papel a un mesero, le da indicaciones y se va.
-Esto no tendría que haber pasado, dice ella.
-No lo vas a volver a ver, contesta él, es sólo un juego.

CUARTO ACTO
El David en vivo recibe el papel. Lo mira, y con miedo llama.
-Bueno, dice el David.
-Bueno, contesta ella. Cuelga.
El David vuelve a llamar.
-¿Porqué me cuelgas?
-Perdona, quiero que sepas em... lo del papel, este fue un error, bórralo... jaja perdón, fue una tontería.
-A mí me gusto, ¿quién eres?
-Yo... este... yo soy, Begoña.
-Oye ... Begoña, me gustaría que me platicaras, ¿cómo pasó todo?, fue muy simpático, ¿nos vemos algún otro día?
-Este.... si... perdón otra vez por el papelito.... jaja fue una tontería.

QUINTO ACTO
Van a comer. Coincidencialmente ella va sumamente bonita. Coincidencialmente él va muy guapo. Huele bien. Comen. Hablan. Cada quien se va por su lado.

SEXTO ACTO

CHICA BOND

Llegó tarde. Muy tarde. Una hora tarde.

-Wow!, te ves preciosa, impresionante hoy.
-Lo driás porque llegas tarde, y puedes notar mi cara de enojada.
-Lo digo, en serio, te voy a nominar para chica Bond.
-Las chicas Bond, siempre terminan en cama de Bond.
-Entonces me nominaré, para ser el póximo Bond.

No terminamos en la cama. Pero el outfit, era para chica Bond. Nos faltó el Gold Finger.

... UN KILO MAS

Cenábamos en un lugar muy elegante, él traía un traje hecho a la medida, y una corbata roja que le hacia verse muy diplomático, yo un vestido blanco que me hacia ver muy delgada, más de lo que en realidad era:

-Bueno es que en realidad, yo nunca he salido con una niña chubby, ninguna que pese más de 55 kilos.
-No lo dirás en serio.
-Si, es más ninguno de mis amigos, sale o ha tenido una novia gorda.
-Pues tu me conoces desde chica, sabes que estaba chubby y pesaba mucho más de 55 kilos.
-Si pero ya no lo estás, por eso salimos.
-Jajaj, y ¿qué si engordo me dejas?
-mmm, no no te dejo, sólo te llevo a correr en la mañana.

Terminé mi pastel de cajeta que comía en este instante, le dí las gracias y me fui a tomar un taxi.
-No se porqué, pero presentía que iba a pasar.
-Ya ni le des vueltas, todo esta acabado.
-Tienes razón, era un idiota.
-Era un idiota y medio.
-Seguro que te habrá engañado con otra mil veces.
-¿Tu crees?, si, puede ser y además siempre llegaba 3 minutos tarde.
-Y acuérdate del día que no te quiso comprar el vestido, ese azul que te encantaba, además te quedaba divino.
-Uy no, y el día que no me quiso acompañar al bar gay.
-Que tal la vez que se fue de farra con sus amigos borrachotes.
-No, y además me hablaba sólo una vez por día.
-Y sólo pensaba en sexo.
-Si, pero..... me llevaba flores.
-Es cierto, y te invitaba tres veces por semana a cenar, ¡Qué lugares!.
-Y siempre sonreía.
-¡Qué guapo era!.
-Y fue su idea conocer a mis papas.
-Y te llevo serenata en tu cumpleaños.
-Era un imbécil.
-Cierto. Nunca te llevo chocolates.

Otra en tu lugar

Vanessa recogió la bolsa de mano que había puesto sobre su asiento, y buscó la dirección que había apuntado de Roberto en el ticket del bikini nuevo que se había comprado sólo para él. Metió las dos revsitas que había venido leyendo en el camino, y bajó del autobús.
Pidió un taxi.
-Necesito ir a los departamentos de Mar y Tierra, le dijo al taxista.
Y se sentó detrás, pensando en la ilusión que le haría a Roberto, la sorpresa de que ella llegara a visitarlo. Todavía no conocía su departamento de la playa, pero estaba segura que le parecería fabuloso, por eso había metido en la maleta lo mejor: los más lindos vestidos de playa, los mejores zapatos y los mejores bikinis, hasta había pedido prestado unas camisetas de la tienda en la que era dependienta y que regresaría el lunes.
Llegó al lugar indicado, unas grandes paredes de mole blanca cubrían la entrada, haciendo la forma de olas, y dos policías con uniforme blanco custodiaban la entrada.
-Buenos días, soy invitada del Sr. Uroz, mi nombre es Vanessa García
El hombre buscó en la carpeta que tenía, sin dar ninguna respuesta.
-No señorita, su nombre no se encuentra en las listas.
-Es que he venido de sorpresa, Roberto no sabe que estoy aqui.
El policía la miró con sospecha, pero le dió el pasó y le mostró el camino hasta el departamento, luego se marchó.
Vanessa tocó el timbre, y no hubo respuesta alguna, lo intentó otra ves, y no sintió que nadie respondiera, entonces se decidió a entrar, la puerta no tenía seguro y estaba medio abierta, por lo que pasó.
Vió a Roberto con sus ojos miel, y su cuerpo ya bronceados de varios días, salia mojado de un cuarto a la derecha y traía puesto su albornoz de toalla, pero notó algo extraño en su mirada.
-¿Qué haces aqui?, le dijo con una voz de angustia y preocupación.
-He llegado por sopresa, he venido a verte, no pareces muy ilusionado. Dame un beso que he viajado cinco horas en autobús sólo para verte, le contestaba Vanessa mientras dejaba sus maletas en el suelo.
-Tienes que irte Vanessa, estoy muy ocupado y.... creo que no es el momento de que estés aquí.
-Pero no me salgas con tonterías, venga ayudame a mover las maletas que pesan demasiado y no quiero....
-¿Qué pasa Roberto?, era una voz muy fuerte, muy madura, de una mujer, ¿quién ha entrado a la casa?, salió María, totalmente desnuda, con un cuerpo escultural, ojos verdes, pechos grandes, y perfectas caderas, tenía un bronceado también de varios días.
-¿Buscabas a mi esposo?, le dijo María a Vanessa.
Y en ese momento comprendió todo, las salidas hasta temprano, los restaurantes lejos del centro, los fines de semanas, los viajes de Roberto.
Vanessa recogió sus cosas y se marchó sintiéndose tan decepcionada, tan avergonzada, había sido la otra sin darse cuenta, sin tenerlo en mente, habían jugado con ella, habían engañado a alguein más por su culpa.
Se sintió culpable, y sucia, ella que tanto creía en la fidelidad de Roberto, había terminado solo siendo un juego.
Buscó un taxi en la calle, y en su mente solo sintió el deseo de volver a casa.